Mi vida como Maryklain

Tras dos años largos en paro, interrumpidos por alguna campaña como teleoperadora, entrevistas en las que quedaba finalista mientras los entrevistadores me doraban la píldora en plan: "¡que buen cv tienes!" "¿como puedes estar en paro?" y poca fe en el mercado laboral me he lanzado a la piscina.

Una amiga me puso en contacto con una empresaria de Mary Kay, una firma de alta cosmética de origen americano que a grandes rasgos funciona como Avon; reuniones en casa entre amigas con atención personalizada. La vendedora en este caso es consultora y asesora a sus clientas los productos que pueden hacer que su piel cambie hasta convertirse en la piel de sus sueños. Todo muy bonito.

La empresaria te lo pone muy bien, la crema es fabulosa, cuando la prueben les va a encantar, yo a los pocos meses dejé mi otro trabajo... demasiado fácil.

La parte negativa es el tufillo a secta que tiene, la organización tipo piramidal me hace desconfiar, bueno y la sensación de ser como una gota de fairy cuando les comento a mis amigas si quieren venir a una reunión.

La parte positiva es que aunque tienes que comprar un pack de productos, puedes elegir los que te apetezca, no te obligan a hacer un pedido mínimo al mes, puedes seguir tu ritmo y dejarlo en el momento quieras. Ahh, y la formación gratuita.

Así que bueno, voy a probarlo, a ver qué pasa. Mañana es mi primera reunión, doble reunión. ¡Que nervios!