De bodas y otros gastos

Hace por lo menos dos meses que empecé esta entrada en el blog; he ido añadiéndo cosas, modificandola y hace tiempo que la tengo abandonada, así que, por no borrarla, ahí va:

No voy a descubrir América: que te inviten una boda es una puñeta. Te puede hacer una ilusión tremenda, pero una vez pasada la euforia inicial, tu cabeza se convierte en una calculadora: el regalo, que menos, que "tanto", el vestido, puff, no puedo repetir porque ya me lo han visto ESTA y ESTA (en esas cosas nos fijamos normalmente las tías) que estuvieron en la boda de fulanita, otro "tanto", los zapatos... igual puedo aprovechar los negros que son cómodos, pero no tengo bolso a juego porque me lo dejó menganita y se ha mudado a Australia, puff... habrá que aprovechar las rebajas, ¿y qué me pongo encima? ¿hará frío? ¿hará calor?... Y tus ojos se convierten en $J$S, o mejor en €J€S, y en tu cabeza resuena el clin, clin, clin de la caja registradora...

En los últimos tiempos me han invitado a dos bodas por año, bueno, conozco a gente que ha llegado a tener 6 bodas, vale, es un consuelo, pero es que este año tengo dos bodas en octubre, una a primeros y otra a finales. Son bodas a las que me apetece mucho ir, una por motivos sentimentales muy fuertes y otra porque puede ser un fiestón entre amigos bastante importante, y me siento en la necesidad de ir monísima de la muerte.

A la primera porque va gente que hace muucho que no veo y que seguro que van de un elegante subido y quiero estar a la altura y a la otra porque hay un poco de petardeo en plan "uy, mira a esa... que pintas" y por que es muy probable que coincida en la boda con ¡¡¡¡La Petarda!!! después de casi 3 años de haberla perdido de vista.

Y claro sería un gustazo encontrármela, ella, gorda como un ceporro y con un vestido lleno de lazos, tules y brillos en plan "princesa Disney" (es muy hortera) y yo requete mona (¡Dios! solo de imaginármelo se me rizan hasta las pestañas). Aunque en realidad, preferiría no volvérmela a encontrar en la vida, que los sueños suelen ser mejores y solo verla aggg... es que aggggg...

Llegamos al momento "vestido". Me encapriché del vestido verde que lucía Keira Knightley en Expiación, Más Allá de la Pasión, y tras fracasar en el intento de que mi madre se pusiera manos a la obra - sin patrón imposible, hija mía - me quedé compuesta y sin vestido.

Tiempo más tarde, descubrí varias webs - web1, web2- en las que daban bastantes pistas para montarte tu propia versión del mejor vestido de la historia del cine, según la revista In Style y la plataforma británica SkyMovies. Título bastante discutible recordando al impresionante vestido rojo que lucía Nicole Kidman en Moulin Rouge, el espectacular vestido granate de Escarlata O Hara en Lo que el Viento se llevó, o al clásico vestido negro de Audrey Hepburn en Desayuno con Diamantes...

Finalmente en el outlet de El Corte Inglés, revolviendo entre cientos de trapitos que no se pondría ni Carmen de Mairena para una romería, encontré lo único decente de la tienda: un vestido rojo con vuelo y aires de Sexo en Nueva York. El problema: era corto y la boda de tarde, pero bueno, podía valer. Entonces, de visita en otra ciudad encontré EL VESTIDO. Fué amor a primera vista, a pesar de tener un floripondio horroroso entre pili y mili, del que hábilmente me deshice, me lo compré, y aquí planto un dibujo que he apañado a medias a rotulador, a medias con el paint, y así ha quedado.

Volvamos al momento presente. La primera boda ya pasó y fué un poco decepcionante: la ceremonia emocionante pero el resto, me dejó bastante fría, me sentí fuera de lugar, pero bueno, el tiempo pasa y la conexión no es la misma; no me voy a enrolllar que si no no acabo.

Este finde es la segunda boda, en la que puede producirse el reencuentro con La Petarda. No fué a la despedida, así que tengo algunas esperanzas de que no aparezca. A ver qué pasa la final...



5 comentarios:

lucy liu dijo...

Y a mi que el vestido de la Keira me parece asi como sosito...el que me encantaba es que se hacia con las cortinas Scarlata, y dejate que no me haga yo uno con las cortinas del salón, jajaja

Saludos

Rosenrod dijo...

¡Ostras! Con esa cuenta atrás, parece casi casi de miedo... Yo llevo ya algunos añitos librándome de bodas; supongo que son las ventajas de la edad (si es que tiene alguna) :)

Un beso!

Más claro, agua dijo...

Una vez me invitaron a una boda... Alguien pretendió que yo fuera el novio...

No fui, obviamente...

Besos ;-)

PAKI dijo...

DIMELO A MI QUE HE TENIDO 14 BODAS ESTE AÑO!!!!!1

poo dijo...

Pues a mí las bodas me encantas, igual es porque sólo tengo una por año, pero me gustan mil.

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