Historias de una petarda - Capítulo 6 - Ansiedad en las piernas y otras excentricidades

La Petarda tenía alguna que otra peculiaridad. Una de ellas era que en las tardes que la tocaba atender a más de cero personas en la tienda, tras un largo suspiro espetaba un "ayyy... es que tengo una ansiedad en las piernas..." y tú me dirás, querido: "¿y eso quéh eh lo qué ehh? Pues supongo que se refería a que notaba las piernas cansadas, pero es que, asín era ella.

Se sentía muy orgullosa de "pasárselo bien, sin necesidad de beber"; explicación: para ella "pasárselo bien" era hacer el tonto más que nadie, reírse como una posesa, y gesticular como una loca. Claro, en su mundo de ilusión todo el mundo se lo pasaba genial con ella, pero como he comentado en alguna ocasión, el resto de la gente se descojonaba de ella, y pensaba que era tonta del bote. Porque, una cosa es que hagas el tarín después de haberte tomado dos copas, y otra estar pedo sin haber bebido ni una sola gota de alcohol y encima pensar que eres guay. Es para hacerselo mirar.

Otra costumbre que tenía y que me hacía sentir bastante incómoda era comentar intimidades, y no te creas que la tía se sonrojaba ni que le temblaba la voz, te lo contaba tan ancha, como si fuese lo más normal del mundo. Todavía recuerdo cuando me relataba como le gustaba pillar a su novio mientras "tocaba la zambomba" viendo porno en los canales locales, cuando suponía que ella estaba en la cama: "ayer le seguí mientras iba a por papel de cocina y cuando estaba cogiéndole me puse justo detrás y le pregunté que qué hacía, ho, ho, y no sabía qué contestar, ho, ho" o "ho, ho, ho, anoche esperé cuando casi estaba a punto y le pegué un susto que casi le da un infarto, ho, ho, ho".

Que le gustaba alardear de lo que tenía o lo que dejaba de tener, lo tuve claro enseguida, pero el colmo fue traer a la oficina el folleto del coche que se iba a comprar su novio, y que pagaban a medias, bueno, eso da para un capítulo aparte, porque si para comprarte un coche que tenga camarita para aparcar tienes que hacer los chanchullos que hicieron y lamer culos como lo hizo esta pedorra, me quedo con mi buga.

Los celos casi enfermizos le llevaron a controlar el móvil de su novio más que el suyo propio. Cada dos por tres le revisaba los mensajes y los contactos. En cuanto veía el teléfono de alguna chica en el móvil se lo borraba, y si encontraba algún mensaje sospechoso le montaba un pollo gordísimo.

Tuvo la brillante idea de ponerse uñas de porcelana, que tenía que mantener una vez al mes y pagar un pastón, cuando era más basta que la lima del 8, y le quedaban como a un Cristo dos pistolas, además de que estaba todo el día quejándose de que tenía muchos gastos. Para mí las uñas de porcelana se las ponen Sara Montiel y cuatro más.

Cuando se vió un poco desahogada económicamente, empenzó a comprarse ropa en una tienda carísima, supongo que pensando que caro = cool. Era la típica ropa que se ponen las viudas revividas, o alguien como Gunilla Von Bismark. El problema viene cuando, además de tener menos estilo que un zopenco, tienes un tipo cercano al botijo y menos gracia que un cerdo a punto de ser sacrificado. Uppss... ¿me estoy pasando? - Un poco, sí, ¿no...? ¡que coño! ¡dale caña! - Es que se me ha acabado el repertorio por hoy...

12 comentarios:

lucy liu dijo...

Que biennnn, un nuevo capitulo..se hacia esperar.
Un saludo

Kampanilla dijo...

¿Y usted qué opina, señorita Lucy Liu?

Azid Phreak dijo...

Lo de controlar el móvil de aquel que comparte almohada contigo me parece lo más bajo y contrario a mi idea de pareja que he conocido jamás. Si mi pareja me sometiera a pruebas como esa a lo mejor yo también notaba la famosa ansiedad en las piernas (o en otros sitios innombrables en un blog tan blanco y pulcro como este).

Saludox.

lucy liu dijo...

Bien...que opino de la petarda..en fin sin conocerla personalemnte (cuestión que puede cambiar la percepción notablemente) pues me parece una petarda como asi la describes. Y desde luego que la mala costumbre de espiar no está bien (tipico tópico de la confianza) y sobre todo si no te pagan por ello (es decir si tu trabajo es el ser detective pues ya se sabe gajes del oficio). Y lo contar intimidades, pues más de lo mismo, eso solo se hace con alguien con quien tienes muchisima confianza y desde luego tampoco cuentas todas.
Las uñas de porcelana....bueno no es lo peor..si a ella la gustaban.
La icognita es en que tienda se compraba la ropa, porfa sacame de la duda....
Creo haber hecho un pequeño resumen, si tienes alguna duda más pregunta
Besos y saludos

Kampanilla dijo...

Azid, a mi también me parece lo peor. Volvemos a mi teoría de "si yo no lo hago con ellos, el resto del mundo no lo hace conmigo" Es que no se me pasa ni por la imaginación algo así.

Lucy, comprendo que no quieras opinar sin conocer, pero te aseguro que la realidad supera a la ficción, y no lo digo solo yo. La tienda es Bus-Stop. Ya me dirás.

Bs.

lucy liu dijo...

Bus-stop? ahora no caigo...pensé que decias tiendas tipo Percha o Del rosa al amarillo... que por cierto me encantan ambas. Pero esa de bus-stop ahora no se muy bien cual es ni que tipo de ropa tiene.
besos

lucy liu dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Kampanilla dijo...

Noo hombre, no tiene tanto buen gusto como para ir a Percha o Del rosa al amarillo!!! No está a ese nivel.

Bus-Stop está en Cuatro Caminos, casi arriba, y el escaparate está pintado de blanco. Es muy mítica. El tipo de ropa, pues estilo Ana Obregón pero no tan descocada, o la Gunilla. No sé qué más decirte, espero que caigas.

Bs.

lucy liu dijo...

Vale...ahora ya creo cual es..pero es que hija yo estoy a otro nivel por eso no me fijo en esa clase de tiendas, jajajajaja
Un saludo

Kampanilla dijo...

Ya lo sé. Con los modelitos tan chupiguays que te traes de la capi, hija.

Pues esa tienda, para ella, era el súmmun de la moda. Vamos, que si pudiese, iría vestida de arriba a abajo con modelitos de esa tienda. En fin...

Bs.

Anónimo dijo...

Qué bueno volver a saber de la Petarda!! Yo creo que la Petarda es una especie muy común en nuestros tiempos, de hecho el leer sus anecdotas me recuerda a tanta gente...
Pedazo de video! Gunilla es mi musa de vida, quiero ser ella!! (pero mejor vestida)
Por cierto, después de 18 horas en autobus (mis viajes son siempre de placer)yo también he sentido ansiedad en las piernas, ansiedad, metamorfosis y sindrome de elefante!!...

Kampanilla dijo...

Qué bueno volver a saber de tí! A ver cuando montas un blog jejeje...

Lo tuyo no es normal, perdona bonita.

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